viernes, 25 de septiembre de 2009
Copleando
Cuando llega el carnaval
no almuerzo ni ceno nada;
me mantengo con las coplas,
me duermo con la tonada
Amada cajita mía,
las dos debemos cantar:
tú con tu suave armonía
yo con mi voz desigual.
Canten, canten, compañeros,
de qué me están recelando,
yo no soy más que apariencia
sombra que anda caminando.
Mi garganta no es de palo
ni hechura de carpintero.
Si quieren que yo les cante
demén chichita primero.
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